El Camino hacia el Equilibrio: Iniciando un Proyecto con Paz Interior
Estamos empezando un proyecto nuevo, con la firme intención de que sea algo mejor, llenos de esperanza y con la ilusión de poder cumplir nuestros sueños. Pero para lograrlo es importante saber en qué lugar nos encontramos, cuanto equilibrio tenemos en nuestras vidas y si no lo tenemos, empecemos por cambiar este lugar de desequilibrio en el que nos encontramos por un estado interno de paz, serenidad, armonía y alegría, dejando a un lado los miedos, los problemas y las preocupaciones.
Normalmente
nos enfrascamos en nuestro mundo de ideas, deseos, miedos, buscamos continuamente el éxito y afecto, nos olvidamos de buscar el equilibrio y la paz.
Siempre
tenemos problemas, si estos tienen solución, debemos actuar al respecto y si no
la tienen, debemos aceptar que hay sucesos que no podemos controlar, sin
embargo, esto no significa que debamos concentrar todas nuestras energías todo
el tiempo en estos problemas, dejando de lado este espacio donde recobramos el
equilibrio y nos rodeamos de paz.
Lamentablemente este equilibrio se rompe muy
fácilmente ante la enfermedad, la falta de empleo, o los problemas familiares, es decir ante las pérdidas que enfrentamos día a día.
Sólo nosotros somos responsables realmente de restablecer este equilibrio.
La vida es una constante de cambios, entramos y salimos constantemente de este estado de paz.
No se
trata de escapar de los problemas o del sufrimiento o de los miedos, se trata
de aceptarlos para no perder el equilibrio interior, se trata de no entregarle nuestra vida a los problemas sino de tener la capacidad de observarlos y aceptarlos,
solucionarlos si es posible pero sin dejar el equilibrio interiror de lado.
La
esencia de lo que somos es complicada de conocer, está más allá de la materia,
de la mente, de los pensamientos, según el Budismo para nuestra naturaleza
“todo es mente”, todo son conceptos, ideas, miedos, pasado, futuro, todo esto nos crea un mundo de ilusión, que nos encierra la
mente.
Se
trata de tomar conciencia del momento presente, del ahora, de la “no
mente”, se trata de sentir y aceptar los
problemas pero y no permitir que nos dominen, que nos arrastren en una corriente
de ideas y miedos descontrolados, sentimientos negativos, culpas constantes por el pasado, mismo que si no comprendemos y superamos estamos
condenados a seguirlo repitiendo, vivimos así con del miedo al futuro. Nos
convertimos en esclavos del tiempo en el cual nuestras experiencias no están en el presente, sólo en el pasado y en el futuro.
Podemos
a través de este equilibrio interno suavizar problemas cotidianos, estados de
apego y disminuir el sufrimiento. Cuando estamos estables tenemos mejores relaciones interpersonales y más salud tanto física como mental, menos estrés, tristeza, angustia y tensión.
Esta paz interior significa más
alegría, compasión, claridad mental, control sobre nuestros
pensamientos, nos permite tener otra perspectiva de la realidad, modificar
nuestras actitudes, emociones dañinas y acciones negativas.
Se denomina equilibrio emocional a las respuestas emocionales adecuadas que un individuo brinda hacia el entorno que lo rodea.
De esta manera, a cada persona, el desempeño diario le presenta una serie de situaciones de estrés ante las cuales debe reaccionar. Si esta reacción o respuesta logra evadir o transformar en algo positivo este sentimiento, la persona mantendrá un equilibrio en sus emociones; de lo contrario sufrirá consecuencias negativas, mismas que se transformarán en una inadaptación.
En relación con lo expuesto se encuentra la idea de desarrollar la inteligencia emocional, que se centra en la capacidad para reconocer los sentimientos propios y los de los demás, así también tener la capacidad para manejarlos.
Para alcanzar este equilibrio se necesita de esfuerzo y compromiso para desarrollar un estado de conciencia permanente y no permitir que los estímulos internos o externos, nos perturben, nos saquen de este equilibrio y cuando suceda, trabajar para recuperarlo. Si nos comprometemos con este estado de paz, entenderemos que es decisión nuestra, que los problemas y sufrimientos nos afecten o si vamos a consentir que nos desequilibren.
El equilibrio depende completamente de nosotros, podemos hacer un trabajo constante, todos los días para mantener este estado, o podemos dejarnos llevar por las olas, pasando del dolor a la frustración, a la felicidad, a la tristeza, del pasado, al futuro, sin control del presente y por lo tanto, de nuestro equilibrio emocional.
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