El Ciclo de la Vida Familiar: Claves para un Desarrollo Saludable




¿Te has cuestionado como tu familia ha sido parte importante en la formación de tu personalidad y lo que ahora eres? ¿Has pensado en la gran influencia que podemos ofrecerle a nuestros hijos, para lograr que sean seres estables seguros y sanos?

Toda familia atraviesa por un ciclo, en donde nace, crece, se reproduce y muere, y estas etapas se pueden vivir dentro de un marco de salud o de enfermedad.
Hablemos de la “familia nuclear”, aquí están incluidas las personas que viven bajo un mismo techo y que tienen vínculos afectivos entre ellos. Dentro de este contexto destaca la relación entre la pareja, la relación entre padres e hijos y la relación entre hermanos.
Así la familia recorre un ciclo vital con intervalos de penas y alegrías en donde puede pasar armónicamente de una etapa a otra, o tratar de saltarse alguna de estas etapas, o quedarse atorada en pautas emocionales anteriores o simplemente detenerse en una etapa para siempre.
Entonces, la familia es un conjunto de personalidades que interactúan y forman un sistema de emociones y necesidades engarzadas entre sí.  De esta forma tanto los niños como los adultos  buscan satisfacer sus necesidades principalmente emocionales en ella.
Para la pareja, aparecen conflictos que nacen principalmente de la necesidad de control y poder, además la pareja tiene que cargar con las presiones sociales y de las respectivas familias paternas,  esta lucha entre la pareja, si no se soluciona, puede durar  toda la vida y afectar a todos los miembros de la familia. Para enfrentar estas dificultades la familia debe conocer a sus miembros  sus  rutinas y conductas  y obtener de este conocimiento la estabilidad y el equilibrio que necesita.
La familia debe  permitir y contener la expresión de las emociones de sus integrantes tales como el miedo, el enojo, la tristeza, el amor, la ternura, la compasión, etc. Esto le permite a cada miembro de la familia tener un  mejor desempeño social, pues ya tuvo la oportunidad de ensayar y practicar todas estas emociones y sus consecuencias dentro de su propio núcleo, así la familia se convierte en una fuente de aprendizaje, sin embargo cuando la familia nos niega el desarrollo, la práctica  y la apoyo emocional,  crea personas con zonas emocionales ciegas. La familia debe proporcionar equilibrio y satisfacción a todos sus integrantes.
Cuando la familia experimenta presiones y demandas  debe dar a sus integrantes estabilidad y equilibrio, sin embargo cuando sólo hay una fachada de armonía, una máscara de comprensión y apoyo, sostenida a través de la simulación y el control no existe la manera de que nos proporcione bases firmes que permitan un desarrollo individual y social estable, sano y feliz. Así  mismo una familia puede permanecer unida aun cuando la separación sea necesaria, y genera en sus miembros debilidad y trastornos emocionales a consecuencia de esta dependencia familiar malsana.
En cambio la familia pude ofrecer a sus integrantes estados de ánimo y diferentes estructuras que les permita desarrollar y ejercer  libertad, seguridad,  individualidad  e  independencia. En una familia es muy importante su capacidad para resolver problemas emocionales, la calidad de su comunicación, la expresión afectiva, el nivel de autonomía que se le permite a sus miembros, el grado de ternura o afecto entre los mismos y el balance entre la forma de establecer límites por parte de los padres y la proyección de los roles de cada miembro de  esta.
Cuando hablamos de familias sanas tenemos que considerar dos objetivos principales tener la capacidad de resolver las crisis que se van presentando en las diferentes etapas de la vida familiar y tratar de satisfacer todas las necesidades de sus integrantes sobre todo afectivas, que les va a permitir desarrollar una estabilidad presente y una preparación adecuada para el futuro.

Marcela Barrera

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