Ausencia, sillas vacías, soledad




Cuando hablamos de ausencias, que existen varios tipos:

1. Ausencias presentes o presenciales: son aquellas que podemos reconocer en cualquier restaurant, en cada cafetería o en cada mesa familiar, donde, aun habiendo varias personas, se encuentran ausentes del momento, de la realidad que les rodea, pues generalmente, están más atentos a las relaciones que mantienen a través del celular que a las que tienen físicamente cerca.

2. Ausencias rutinarias: son aquellas que se establecen en relaciones añejas, aquellas que han durado mucho tiempo, en las que, la rutina los ha alcanzado y, aunque comparten tiempos y espacios, realmente nunca están presentes, han dejado de sentir y compartir recíprocamente con la persona que tienen cerca. Simplemente se han acostumbrado a que la otra persona, se encuentre ahí, ya no sienten la presencia del otro; ya no sienten su olor, su alegría, su tristeza, sus cambios físicos o sus logros, se perdieron en el andar diario. En la cotidianidad.

3. Ausencias por separación: en esta categoría caben muchas posibilidades, los divorcios entre parejas o entre padres e hijos. La separación de los amigos por el término de un ciclo escolar o laboral. Un viaje que nos lleva a alejarnos de las personas queridas. En este tipo de ausencias podemos mantener algún contacto con las personas de las cuales nos separamos, sin embargo, se diluye la cercanía y se pierde la complicidad que antes pudo existir. Aunque siempre existe la esperanza de reencontrarnos, recopilar y reconstruir lo perdido, pues en el fondo de esas ausencias subyace, siempre, un sentimiento muy fuerte que puede renacer en cualquier momento. Mientras duran, siempre dejan un hueco en el corazón.

4. Ausencias asumidas: donde decidimos alejarnos definitivamente de alguien, porque nos sentimos lastimados o dejamos de encontrar puntos de coincidencia en la manera de sentir o de pensar entonces cerramos el espacio y el tiempo para la relación con aquellos con los que ya no nos encontramos.

5. Ausencias definitivas: suceden cuando alguien termina su ciclo de vida y, aunque no le volveremos a ver, probablemente, estará presente en nuestros recuerdos, nuestros sentimientos y en nuestras historias compartidas.

Haz un ejercicio de conciencia, donde reconozcas los distintos tipos de ausencias que aparecen en tu vida; las que son voluntarias y  las que el destino impone. Estar en plena certeza de nuestras ausencias, nos permite aprender de ellas, trabajar para disminuir algunas ausencias, aceptar y aprender a vivir con otras y tener siempre la esperanza de podernos encontrar nuevamente con nuestros afectos más fuertes.


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