¿Qué es un milagro? De acuerdo al diccionario de la Real
Academia Española “un milagro es un hecho
no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención
sobrenatural, de origen divina”
Hechos inexplicables por las leyes naturales con origen
divino, aparecen en lo largo de la historia. Entre los más importantes, reconocemos,
los que realizó Jesús en: la resurrección de Lázaro, la multiplicación del pan
y los peces o la sanación del leproso; todos ellos, bien documentados en la
biblia.
Existe otro tipo de manifestaciones, que podrían
considerarse milagros, por lo
inexplicable de su belleza, como la mezcla de múltiples colores en un
atardecer; las miles de estrellas que decoran el cielo nocturno o el nacimiento
de un bebé, qué si bien, son fenómenos naturales, también dejan señales
implícitas de una intervención divina, bajo tanta belleza.
A nivel de milagros, podríamos hablar también, de esas
pequeñas y sutiles cosas que suceden de manera cotidiana. Las aparentes
coincidencias por ejemplo, que tomamos como simple casualidad pero que, en el
fondo, guardan su buena dosis de intervención divina, como cuando, de forma
sorpresiva te encuentras con aquella persona a quien quieres mucho, pero que,
por diversas circunstancias de la vida, no puede estar cerca de ti, y un día,
sin saber cómo, simplemente te encuentras con él.
Algo similar sucede con enfermos, que bajo poca esperanza de
vida, mejoran y recuperan su vida normal. O cuando tu perfil laboral parece ser
el menos indicado para un cargo importante y de pronto eres seleccionado para
desempeñarlo.
O cuando te ves a salvo de un inevitable accidente en el que
sin explicación lógica, te libraste por diferencia de milímetros o décimas de
segundo, o porque ése día, sin saber por qué, decidiste cambiar de ruta.
Y qué decir de esas ocasiones en las que, en medio de una
gran crisis, con oleadas de angustia que nos hacen desequilibrar, nos invade en
el alma una calma que nos da perspectiva
para tomar mejores decisiones.
La llegada de una sonrisa, un abrazo, una mirada o una
palabra de esperanza, justo en el momento en que más lo necesitas, pero que, en
ocasiones, llega de quien menos lo esperabas.
Quienes más han tocado el tema de los milagros nos dicen:
“Los milagros suceden a
diario. Son consecuencia permanente del amor en acción. Son los resultados
lógicos de alinearse con la providencia de Dios y entregarse a Él.”
(Madre Teresa de Calcuta)
(…) Para quien sabe leer con profundidad cada cosa, cada acontecimiento
trae un mensaje que en último análisis, lleva a Dios. Los signos que revelan la
presencia de Dios son, por tanto, múltiples. Pero para que no se nos escapen
tenemos que ser puros y sencillos como los niños, capaces de admirar,
sorprendernos, maravillarnos, encantarnos con los gestos divinos del amor y
cercanía para con nosotros.
(Juan Pablo
II)
“No solo hizo Dios milagros en tiempos bíblicos sino que suceden en la
actualidad. También hoy se obran milagros y en cada uno de ellos se dibuja el
rostro del hijo del hombre- hijo de Dios y se afirma en ellos un don de gracia
y de salvación.
(Juan Pablo
II)
El Papa Francisco asegura que los milagros se producen, pero para que
ocurran es necesario rezar <con el corazón>, rezar de manera <valiente,
humilde y con fuerza> afirmó que el milagro no se cumple si el corazón del
hombre no se abre <no deja el control de las cosas a Jesús>.