Cambio de visión ante el acompañamiento del adulto mayor

 





Tenemos una visión sociocultural errónea de la vejez. La vejez es una etapa más de la vida, en muchas ocasiones se presenta acompañada de alguna enfermedad asociada con el estilo de vida en etapas anteriores del desarrollo. Es muy importante que el adulto mayor y su familia reciban atención integral con base en una valoración holística, de esta manera se traza el camino para brindar cuidado de calidad.

La razón por la que nos aterra morir de viejos es porque no nos preparamos para llagar a la vejez, es un problema económico, cultural, familiar y de dependencia. Sin embargo, existe el envejecimiento exitoso, en el cual vamos a llegar a esta etapa reconociendo nuestras limitaciones, pero sin que estas nos detengan. La actitud que tenemos al envejecer es fundamental, así como la adecuada planeación y la prevención de enfermedades.

Cuando hablamos de vejez pensamos erróneamente en limitaciones y fragilidad, en que es normal tener dolor o estar triste siempre.  Con la intención de cuidar al adulto mayor, los vamos limitando tanto en la toma de decisiones como en las actividades que realizan. Y aunque el adulto mayor vive en un duelo constante debido a las pérdidas que va enfrentando durante este momento de la vida, es importante ayudarlo de manera que atraviese esta etapa de la mejor manera, tranquilo, sin dolor ni sufrimiento, con dignidad y con la mayor autonomía posible.

Ya se trate de envejecimiento patológico o exitoso, se debe establecer un plan de tratamiento personalizado, considerando lo que necesita el adulto mayor, siempre tratando de mantener su autonomía y dignidad, aunque sea, a través de pequeñas decisiones en las que todavía puede participar, escuchándolo, dándole voz y voto, respetando su derecho a ejercer control sobre su vida, considerando su historia de vida y su personalidad y ayudandolo así a darle sentido al presente. 

Establecer un plan de acompañamiento holístico y transdisciplinario, para el adulto mayor pero también para su familia, apoyar y enseñar como cuidar a los que acompañan también es una tarea muy importante, que traerá como consecuencia bienestar y equilibrio en el sistema familiar. 

Ayudar a organizar la red de apoyo considerando lo que cada integrante de la familia pueda aportar: apoyo presencial, económico o telefónico. Tomando en cuenta también apoyos externos como amigos, vecinos, fisioterapeutas, enfermeros, doctores, psicólogos, geriatras, gerontólogos, tanatólogos. Ningún apoyo es pequeño todo suma, de esta manera se gesta un sistema estructurado para dar soporte y contención al adulto mayor al mismo tiempo que, evitamos el síndrome de BurnOut, en el cuidador primario y todos los que integran la red de apoyo tienen la satisfacción de acompañar en esta etapa de la vida al adulto mayor.

En conclusión, las herramientas abordadas desde la gerontología geriátrica permiten tener una visión diferente, más amplia, personalizada, estructurada, humanista, holística e integral para crear estrategias de acompañamiento durante la etapa de envejecimiento, ya sea que se atraviese un proceso de enfermedad o no. Además,  ayuda a reflexionar sobre como acompañar mejor a  los adultos mayores, en esta etapa de la vida y sobre la propia vejez para poder desarrollar estrategias que  permitan llegar a esta etapa con equilibrio biopsicosocial, familiar y económico. Llegar a la vejez no significa dejar de disfrutar de la vida.



 

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