La Rueda de la Existencia: Perspectivas Budistas sobre la Vida y la Muerte


 

Según la religión que profesamos o nuestras creencias será nuestra manera de entender la vida, pero también la muerte.

Concepto de Dios

Dios no tiene ningún papel dentro de esta filosofía.  Buda nació y murió como hombre y reveló la forma de alcanzar la sabiduría, la compasión y la liberación del sufrimiento, no es un deva o dios, es el maestro supremo de dioses y hombres.

Sin embargo, no niega la existencia de las divinidades que son parte del mundo sin permanencia y están sujetos al samsara, y para salir del ciclo de la reencarnación deben alcanzar el Nirvana siguiendo el camino que Buda indica.

Las imágenes a las que se les tiene devoción en el Budismo son seres que alcanzaron algún nivel de iluminación, pero no se les rinde culto.

Los budistas no rezan, no piden, no hacen promesas ni sacrificios. No creen en el pecado como castigo. Solo en la Ley del Karma como consecuencia de nuestras acciones en la vida.

Concepto del hombre

El hombre es valioso y único pues posee percepción, inteligencia, espiritualidad y la capacidad de prepararse para la muerte, que lo lleva a la iluminación, además el sufrimiento que experimenta le permite alcanzar la transformación espiritual.

La intención del budismo es que el hombre alcance dos objetivos:

-La liberación del samsara (ciclo de existencias y renacimientos).

-La iluminación que consiste en convertirse en un Buda (iluminado).

Concepto de vida

Se debe enfrentar la vida a través del Óctuple noble sendero, que integra:

- La Recta Comprensión, las acciones tienen consecuencias y tener conciencia de ello disminuye el sufrimiento.

- La Recta motivación: mantener la mente serena, alejada de la mala intención o negatividad.

- La Recta habla: no mentir, insultar o criticar.

- La Recta acción: no dañar a los otros.

- El Recto medio de vida: nuestro trabajo no debe dañar a otros.

- El Recto esfuerzo, practicar acciones positivas, no dejar pasar lo negativo.

- La Recta atención: mantener la mente en el aquí y el ahora.

-  La Recta concentración: hacer meditación para abandonar el placer y el dolor.

Aplicando las formas rectas de Comprensión, teniendo conciencia de que nuestras acciones tienen consecuencias, la vida actual va a condicionar la siguiente reencarnación, es decir la vida está determinada por la ley del Karma.

La vida es un tránsito, una continuidad con la muerte. Así los seres vivientes nacen y mueren en la “rueda de la existencia”, caracterizada por la transitoriedad, la aflicción y la insatisfacción. En esta rueda existen seis reinos:

- Infernal (ira)

- De los espíritus hambrientos (avaricia)

 - Animal (ignorancia)

- Humano (duda)

- Semidioses (celos)

- Dioses (orgullo).

Desde el nacimiento hasta la muerte estaremos en el Bardo natural de la vida.

Concepto de muerte

La muerte representa un recordatorio constante de la impermanencia de los fenómenos.

Después de la muerte del cuerpo físico viene la reencarnación, y la calidad de esta dependerá de la ley del Karma.

Cuando empieza el proceso de morir hasta que termina la “respiración interior”, estamos en el Bardo doloroso del morir.

Después tenemos una experiencia postmortem, la luminosidad, o Bardo luminoso del dharma.

Para pasar al Bardo kármico del devenir, que es un estado intermedio que se prolonga hasta el nuevo renacimiento.

En el momento de la muerte hay dos cosas importantes: Lo que hicimos en la vida (karma) y el estado mental, último pensamiento y sentimiento que tenemos al morir, que es determinante para el futuro inmediato, por eso no debemos tener miedo de morir o resistirnos a la muerte.

Rituales Funerarios

La postura recomendada para morir es estar acostado del lado derecho en la postura del ¨león dormido”, en la que murió Buda. Esta postura ayuda a reconocer la luminosidad de la muerte y a que la conciencia salga del cuerpo a través de la coronilla.

Cuando la persona está próxima a morir, se lee El Bardo thodol o Libro Tibetano de la muerte en este texto encontramos los procesos cognitivos que ocurren: mientras vivimos, durante la muerte y posterior a esta.

Los rituales, consisten en recitar los textos, mantras y oraciones durante 49 días (bardo), que es el máximo tiempo para alcanzar la siguiente reencarnación y el tiempo en que Buda estuvo en profunda meditación hasta alcanzar la iluminación.

El moribundo no debe ver, ni escuchar ni antes ni después de la muerte clínica (tres días) llorar o lamentarse a su familia, para no despertar en la conciencia un aferramiento hacia sus seres queridos o lugares ocasionando que renazca en reinos inferiores.

Al morir al difunto se le cubre con un sudario el rostro, no se le puede tocar para no interferir en el proceso, aproximadamente tres días. Posteriormente se le da un destino final al cadáver, retomando sus orígenes hinduistas: Se puede incinerar el cuerpo para facilitar la salida del cuerpo sutil, del cuerpo físico. También se puede arrojar el cadáver o las cenizas al río, o proceder a la inhumación.

En el Tíbet se recurre al funeral celeste, sky burial o Jhator, ceremonia donde un Monje, Rogyapa, hace algunas incisiones en el cuerpo y es expuesto en las montañas como alimento para las aves. Los huesos restantes se trituran y mezclan con harina de cebada para dársela a los curvos y halcones. Esto es considerado un acto de generosidad, pues se suministra alimento a otros seres.

Para los budistas no es necesario preservar el cuerpo pues es sólo un recipiente vacío.

El Budismo considera al universo como una vasta entidad de vida, en donde constantemente se repite el ciclo de la vida y la muerte.

Este ciclo de reencarnación y muerte se repetirá el tiempo que sea necesario, dependiendo de la ley de karma para cada individuo, hasta que alcance la iluminación.

Así la mirada budista de la muerte.




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