Machismo: Una Realidad Vigente



El Machismo en la Película Conclave: Una Mirada Crítica

Recientemente fui al cine a ver la película Conclave. Como era de esperarse, tiene muchos matices políticos. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue el trato y el lugar que tienen las religiosas en esta película: destinadas a servir a los hombres con altos rangos religiosos e incluso presentadas como objetos sexuales en algún momento.

El machismo, lamentablemente, sigue vigente y tiene un costo muy alto en aspectos sociales, económicos y psicológicos. Esta actitud, aunque a veces invisible, domina la vida cotidiana, distorsiona las relaciones entre hombres y mujeres y sigue provocando malentendidos y resentimientos en ambos lados.

No solo las mujeres son víctimas del machismo. Este tipo de conductas pueden dirigirse a cualquier persona, sin importar el género, y pueden ser replicadas tanto por hombres como por mujeres. El machismo se presenta en todas las áreas de la comunidad: en las emociones, el trabajo y en el hogar.

Alto Costo Social, Económico y Psicológico del Machismo

El machismo crea roles de género rígidos, limitantes e ineficientes, que es necesario modificar para mejorar las relaciones entre las personas, ya sea en el ámbito laboral, familiar o social. El hecho de que cualquier persona sea relegada a un papel secundario en el hogar, el trabajo o en la toma de decisiones repercute en el bienestar de todos.

El costo del machismo tiene cada vez mayor incidencia en la productividad y competitividad, la salud, la educación, la democracia y la política. En muchos países, las niñas y mujeres todavía no tienen las mismas oportunidades de educación. La existencia de “cosas de hombres” y “cosas de mujeres” nos reduce a todos un 50% como seres humanos y tiene un costo social altísimo.

La autodevaluación, la soberbia y el rechazo al diálogo complementan este esquema machista. Es importante recalcar que las raíces que entrelazan estas conductas no son visibles, no se reconocen y se replican automáticamente en ciertas personas, familias y culturas.

El machismo puede manifestarse con una mirada, un gesto o la falta de atención. La persona del otro lado se siente disminuida, retada o ignorada, estableciéndose así una relación de desigualdad.

El machismo se define como el conjunto de creencias, actitudes y conductas que polarizan los sexos, contraponiendo lo masculino y lo femenino de manera excluyente. Esta polarización da origen a una forma de vida que afecta todas las relaciones personales. A través del machismo, se establecen roles exclusivos en todos los ámbitos, limitando a las personas a ciertas áreas de estudio, profesiones o incluso emociones, sin considerar su individualidad. De este modo, hombres y mujeres no son aliados, sino rivales que tratan de cambiarse unos a otros, empobreciendo a todos por igual y convirtiendo el machismo en un juego en el que nadie gana.

El machismo es una forma de relación basada en la desigualdad social, familiar, política y económica. Estas conductas y roles de poder los aprendemos desde la infancia. Sin embargo, actualmente la misma sociedad nos muestra otra cara de la moneda: los roles están cambiando y los modelos familiares y parentales se están adaptando a una sociedad en la que las desigualdades son más visibles.

El problema radica en la oposición entre lo masculino y lo femenino, que daña a hombres y mujeres, niños y niñas, y a todos los niveles de la sociedad. Deberíamos hablar de complementariedad, respeto a las capacidades individuales y reestablecer la importancia de la humanidad sin resaltar las “diferencias” entre los sexos que solo generan relaciones de subordinación y poder.

El Cambio Empieza en Casa: Fomentando la Igualdad desde la Infancia

La equidad de género implica que tanto hombres como mujeres tengan las mismas oportunidades en cualquier ámbito de la vida diaria. Un lugar donde exista el respeto mutuo y un ambiente óptimo para ambos. Ser conscientes de esto empieza desde casa y con nuestra formación individual.

El cambio empieza en casa, en la familia, donde enseñamos y aprendemos a relacionarnos con los otros desde el respeto y la igualdad.

Marcela Barrera


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