Toma el control de tu vida






 
 
 

 

Es importante aprender a tomarte el tiempo necesario para curarte mental y físicamente, aprender a tener formas positivas de pensamiento para generar salud y armonía en el cuerpo, mente y espíritu, eres un ser integral.

Al contrario de lo que generalmente hago, encerrarme en una cárcel de decepción, dolor, recuerdos dolorosos, que generan estados de ánimo negativos, permitiendo que estos sentimientos me dominen, pierdo la paz, la tranquilidad y la libertad. Me aferro al miedo, siempre lo mantengo cerca, como un amuleto, aun cuando me genera un peso profundo y un inmenso dolor.  Además del miedo está la culpa, la tensión, la inseguridad, no estoy nunca en paz, genero estados de ánimo centrados en el pasado o el futuro y no en el presente, viviendo a través del miedo y la angustia.

No puedo relajarme, dormir bien, me descuido, no como sanamente, no hago ejercicio, consumo alimentos, bebidas o tabaco aun cuando sé que me hacen daño, pareciera que quiero castigarme. No tengo fe en que las cosas van a cambiar, o en los sueños que tengo, alimento este sentimiento a cada minuto, con cada pensamiento, con cada palabra.

Nada ni nadie tiene poder sobre ti, sólo tu mandas en tu mente, en tus pensamientos y tus decisiones y tienes que hacerte cargo de ellas.

Los momentos difíciles, marcan la vida. Pero el pasado no tiene poder sobre mí. Puedo elegir ser libre, no soy la opinión de los demás, no vivo a través de ella, de sus deseos, que marcan como tengo que ser y actuar, no puedo vivir a través de la mirada, los deseos, o las imposiciones de los otros.

Dejar atrás todas las creencias negativas que me dominan desde hace tiempo, dejo ir y me libero, dejo de lado las presiones de la familia, los amigos, los jefes, los maestros, los vecinos, los compañeros de trabajo, o de los líderes religiosos, las redes sociales o la moda. Sólo tú puedes darte la aprobación que necesitas, la aceptación de los demás no te sirve, al contrario, nos limita, pues estás siempre pendiente de recibir la aprobación de los otros estén o no presentes.

Empezar por amarme a mí mismo/a, poder apapacharme, consolarme, escucharme, protegerme y sobre todo respetarme. La paz, la tranquilidad, la aceptación y el amor empiezan en mí y en ti, esos sentimientos nacen en tu interior y pueden invadir todo tu cuerpo. 

El amor me lava, me estabiliza, pero tengo que elegir cuidar a la persona que ha estado siempre conmigo y siempre estará hasta el último momento: yo y estar bien, tengo que sacar todos los recuerdos negativos, rencores y estados mentales que me lastiman y limitan.

Abro la cárcel en la que vivo, salgo, soy libre, no dejo que esos sentimientos, esos miedos me limiten. No estoy dedicando tiempo a mí, no se escucharme, generalmente me enredado en los problemas, en las exigencias de los demás, en agradar a los demás, o en el trabajo, la enfermedad, la vida y necesidades de los demás. 

Cuando debes ser tu mejor amigo. Piensa en la vida que te gustaría vivir y empieza a sentirte bien, haz un plan de vida donde el actor principal seas tú, realiza tus objetivos, deseos y sueños, no te quedes esperando a que la vida se componga sola. Date tiempo para disfrutar. Y ojo no hablo de ser egoísta, sino de recordar que para poder dar a los demás, tenemos que estar bien.

Cuando vivo en una cárcel, no puedo hacer contacto conmigo, ni con los demás, aun cuando vivo para ellos, o para el trabajo, no estoy haciendo contacto real, hay algo que me impide estar presente, pienso en cuantas cosas podría hacer sin estas rejas que me limitan. 

Concentro mi energía en el derecho de hacer lo que quiero hacer y no lo que los demás quieren que haga, tengo capacidad de crear relaciones positivas, tengo el derecho natural a la salud física y mental, si algo me limita, me libero, acepto quien soy y aprendo a reconocerme y a aceptarme, soy quien elige perdonarse y vivir en el presente. 

Siembra esperanza, fe, confianza en ti, buenas experiencias y felicidad.

Aprende a no criticarte, apruébate a ti mismo/a, a perdónate, lo que hiciste tenía que pasar así, hiciste lo mejor que podías hacer en ese momento con lo que tenías. No te asustes, ni vivas en el miedo. Se amable y paciente contigo mismo/a. No te odies, felicítate, libérate de patrones negativos de pensamiento. Cuida tu cuerpo, come bien y has ejercicio, cuida tu mente, aprende algo nuevo, medita, cultiva la espiritualidad.

Y por último diviértete, recuerda aquello que te gusta hacer, lo que te hace feliz y no dejes de hacerlonunca.

 








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