La Guerra Interior y la Búsqueda de la Paz: Un Viaje de Autoconciencia







Vivimos en constante movimiento, todo a nuestro alrededor cambia siempre, aun cuando no lo notamos. Nuestros días están llenos de actividades, pero cuantas de estás actividades las realizamos conscientemente o simplemente nos hemos convertido en autómatas. No tenemos una conciencia profunda de lo que hacemos, como lo hacemos y por qué o para qué lo hacemos. 

¿Hacemos conciencia de todos nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones y acciones durante el día, de todas las personas y todos los elementos naturales o artificiales que tenemos alrededor, y como podemos influir en ellos? Podemos afectar la vida de las personas, pero también de los animales y de las plantas, sino tomamos conciencia de nosotros mismos  mucho menos podemos hacer conciencia de lo que pasa alrededor.  

Estamos en guerra constante en nuestro interior, luchando con el pasado, el futuro, el miedo, generando una angustia constante que no nos permite estar en el aquí y el ahora, en conciencia de todo lo que nos pasa.  

Aprendimos a tratar de ignorar el dolor, físico o espiritual. ¿Por qué hay tanto cáncer en el mundo? Porque no lo detectamos a tiempo, pues no estamos conscientes de lo que le pasa a nuestro cuerpo. ¿Por qué hay tantos suicidios? Porque no estamos conscientes de lo que nos pasa interiormente, no sabemos ver, sentir ni percibir, aceptar y aprender de nuestras angustias, simplemente al no verlas las dejamos avanzar hasta que ya no hay retorno, ya no nos encontramos a nosotros mismos, y simplemente huimos. Estamos tan ocupados en cumplir con la rutina diaria, o en esta guerra interior que no nos permite ver nada más. 

Generalmente no dedicamos tiempo ni espacio para hacer algo que realmente nos llene, nos conforte o nos tranquilice, tiempo para darnos cuenta de lo que realmente esta pasando a nuestro alrededor, no escuchamos a profundidad lo que sienten nuestros hijos, pareja o amigos.  

La vida moderna no ha enseñado a maquillar y esconder nuestras angustias, con las compras compulsivas, tener el último modelo del teléfono celular, la tablet o el coche, son cosas que siempre nos hace sentir bien, felices y satisfechos; con el trabajo excesivo, si me  concentro en el trabajo ya no tengo que estar consciente de lo que pasa en mi casa o en mi interior, con el abuso de la comida, cómete un dulce, un helado, un chocolate y te vas a sentir mejor, aprendemos a canalizar nuestras emociones a través de nuestra relación con la comida y no con nosotros  mismos. O consumiendo sustancias que nos permitan evadir nuestra realidad. 

La paz interior es un estado de bienestar, emocional y espiritual, esa tranquilidad que alcanzamos cuando logramos desconectarnos de todos los problemas, las ideas obsesivas, los pensamientos depresivos, así como de todos aquellos actos y elementos que buscando liberarnos nos sumergen más en este espacio de no conciencia e intranquilidad constante. Sin embargo si nos concentramos en el presente, en el aquí y ahora podemos controlar nuestra mente y nuestro espíritu, saliendo de ese estado de guerra permanente para pasar a un estado de paz. Esta paz necesita que la trabajemos con constancia y paciencia. 

Si somos conscientes de estos estados de angustia, estos sentimientos de miedo, preocupación constante y los podemos ver de lejos, tomamos distancia, podemos elegir, entre el espacio de la guerra interior o el de la paz interior. Si no los vemos no podemos salir de ellos. 

La conciencia, la reflexión, la meditación nos dan elementos para no dejarnos envolver más en el mar de problemas, haciendo presente que no pueden ser eternos, que nada es permanente, que nosotros desperdiciamos nuestras energías en mantener vivos esos pensamientos, esos problemas que todos los días alimentamos a través del miedo, los hacemos más grandes y les damos el poder de controlar nuestras vidas. O al tratar de ignorarlos, dándoles mas fuerza.  

Se trata de responsabilizarnos, hacer conciencia y aprender. Se trata de entender el para que suceden las cosas, la vida es muy sabia y cuando tiene algo que enseñarnos va a insistir y a insistir hasta que dejemos de resistirnos y estemos dispuestos a aprender, pero para aprender hay que tomar conciencia. 

Al alcanzar la paz interior, nuestro mundo se transforma pues lo estamos viendo, y viviendo con otra mirada, con otra energía, desde otro estado, espiritual y físico. Desde otro lugar en que se puede irradiar paz, generarla y compartirla.  












Comentarios

Entradas populares